domingo, 19 de noviembre de 2006

SUPERFICIES DE PLACER. Una recorrida sexual por las letras del rock argento

Por Natalia Landsberg
Me gusta ese tajo, yo quiero mi pedazo, la península mía y tu bahía, entre caníbales, te voy montando en la arena, luna de miel en la mano, en el probador, en el elevador, coger no es amor, o no se puede vivir del amor.
El sexo para el rock argentino puede estar rodeado de metáforas o ser tan explícito como los dos leones que fornican en la portada del disco Canción Animal de Soda Stereo. Puede ser un sexo machista en el que la mujer es un simple objeto, un tajo, o un ser que acompaña una poesía de Luis Alberto Spinetta.
"Sexo, droga y punkrock" (Flema)
"Sexo, droga y rock and roll", la frase de Ian Dury que se transformó en slogan marca tres elementos que van de la mano y que expresaban la ideología del rock en sus comienzos. Varias décadas más tarde, el contacto sexual entre dos personas sigue muy presente en sus letras y con todas las variantes que brinda el espectro.
En 2006, la nueva canción de Attaque 77 tiene como nombre "Sexismo" y sentencia: "es que acaso todo gira en torno a la cavidad donde metés te pene?" o "con quién lo hacés francamente qué importa". Con un lenguaje directo, el grupo liderado por Ciro Pertusi continúa la tradición que marca al rock desde sus orígenes: postularse como un lugar de libertad.
Si bien el rock en la argentina pasó su infancia y adolescencia bajo dictaduras (lo cual acrecentó esa imagen de espacio libertario) aún en el siglo XXI, una de las músicas populares de la juventud argentina busca ese "país de la libertad" en el que decía encontrarse León Gieco.
"Haciendo cosas raras para gente normal" (Divididos)
Hace más de cuarenta años Elvis Prestley llevaba la sexualidad a los movimientos de su cuerpo sobre un escenario, y lo mismo hizo y trata de seguir haciendo en nuestras pampas Sandro, con sus fans y sus bombachas. Porque uno de los caminos para llegar a esa libertad que pide a gritos el rock es el sexo, como forma de expresión de los cuerpos y de las almas. Así lo ve el rock y así lo escribe Pedro Aznar: "lo que quieras pero elegir, tu sexo, tu idioma, tu color, no dejes que otros lo hagan por vos". No importa con quién ni cómo sino que la elección sea libre de represiones. Canta Attaque en 2006: "qué obsesiva es nuestra sociedad clasificándose por su elección sexual".
Sin eufemismos, Intoxicados cuenta que "en mi barrio hay una piba que por dos mangos te chupa la pinga", porque también hay lugar para la marginalidad. O para los juegos, como canta Soda Stereo: "voy a ser tu mayordomo y vos harás el rol de señora bien o puedo ser tu violador, la imaginación esta noche todo lo puede". O para los accesorios, y El Otro Yo que pide: "no quiero una muñeca inflable, quiero una mujer". Aunque Luca Prodan (líder de Sumo) haya dicho que "casi la totalidad de los músicos del rock argentino son unos pajeros".
"Amo tu sexo, mujer" (Luis Alberto Spinetta)
Las mujeres con la que estos rockeros hacen el amor / cogen / tienen sexo en sus letras pertenecen a todos los estilos. Como la angelical muchacha ojos de papel a la que Luis Alberto Spinetta le implora: "muchacha, pechos de miel, no corras más, quédate hasta el día, duerme un poco, yo entre tanto construiré un castillo con tu vientre". Sin olvidar a Catalina, sus hectáreas de pecho, la sábana rota por amor y la metáfora geográfica de Miguel Cantilo: "labio sobre labio, sobre labio y la península mía, beso contra beso, contra beso, y tu bahía".
En otro lugar de la cama también se ubica la "garganta profunda" de Tren Loco, la "putita" de Babasónicos, y la chica que se confiesa a través de otra canción del mismo grupo: "soy muy puta y no trabajo para vos" y que finalmente se llama "Soy Rock". Sin dejar pasar el dato que ofrece Soda Stereo: "ella conoce mi perversión en una noche larga".
"Juegos de seducción" (Soda Stereo)
Los juegos previos a través de los cuales se llega al sexo pueden ser muy variados. Pueden incluir una "persiana americana", al mejor estilo Nueve Semanas y Media y asegurar: "sé que te excita pensar hasta dónde llegaré". Pueden ser "entre caníbales", o con la dosis de inocencia de "Los calientes" Babasónicos que se comen a besos esta noche.
De acuerdo a Attaque el sexo está siempre presente: "sólo veo teta, culo, teta, culo, teta, culo" por lo cual "obreros en el tren se las garchan de reojo, cambiando frustración por un instante de orgasmo".
Cuarenta años después de "La balsa" el rock sigue cuestionando al mundo en una interminable búsqueda de libertad, por ejemplo, a través del sexo, por eso hoy Attaque 77 canta: "si vas a hablar con mi corazón o acaso con mi sexualidad, pregúntate, mira mis ojos y ve quién soy, cuando me hablás a dónde mirás, cuestiónate".

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