domingo, 19 de noviembre de 2006

¿Su profesión?: Conserje de telo

Por Marina Navarro
Cuando la noche empieza a caer y la pasión no se hace esperar, las opciones se multiplican: con hidromasaje, con ducha escocesa, cama de agua, tv, sillón erótico, cuarto ambientado para abrir paso a la fantasía, con frigobar, música; o bien sólo una cama, a fin de cuentas el único elemento indispensable.
"Acá pasan las cosas más insólitas pero después uno se acostumbra y ya nada te sorprende". Héctor tiene 52 y hace más de 20 años que es conserje de un albergue transitorio, como dice el cartelito de la puerta. Su hotel, está ubicado en Bolivia al 100. De afuera asoma una tímida fachada con ladrillos a la vista y una pequeña puerta con un timbre, al costado la cochera. Adentro el ambiente es algo lúgubre, las luces son tenues y todo reposa en el más absoluto silencio. "Pasa pasa por acá. Bueno, esta es nuestra humilde morada, se sonríe Héctor, paso más horas acá adentro que en mi casa". Todo luce prolijo y ordenado. Un pasillo angosto, en el final las escaleras que conducen a las habitaciones. "Vos pensá que esto no es un gran hotel de lujo, pero tiene sus comodidades. Acá hay para todo presupuesto. Tenés turnos de: 15, 20, 40, y 60 pesos, depende lo que quieras, ojo por esa plata también podes pasar la noche. Por ejemplo está habitación está full full, tenés frigobar, hidro, colchón de agua y tele con cable, pero después tenés otras más económicas. Lo que pasa es que si vos te fijas esta zona, la de Flores es toda zona de telos, entonces la competencia es difícil. Vos pones un precio y el de al lado negocia por dos pesos menos y la gente agarra viaje. Entonces lo que hacemos nosotros es dar tarjetas con descuentos especiales para los clientes, negociar con las chicas y los trabas, vos le decís: mirá si me traes un cliente hay una comisión o te damos algún turno gratis, lo vas manejando y así te traen clientes. Vas viendo, después hay promociones para las fiestas, para el día de los enamorados, acá hay trabajo todo el año. Y no hay horario, sí se mueve más de noche pero en el día también". En estos 20 años de trabajo ha visto de todo y algunas anécdotas se repiten continuamente: gente que se roba las sábanas, los toallones, e incluso hace poco descubrieron una pareja que desarmaba los televisores y se llevaba la parte de adentro. Los olvidos son lo más frecuente: "acá hay bombachas de todos los colores y tamaños, por ahí se dejan algún documento y tienen que venir a buscarlo o cosas personales. También están los que te hacen el cuento de que se olvidaron la billetera y que no tienen cómo pagarte, y piensan que por eso no les vas a cobrar, son vivos. Entonces les decís que te tienen que dejar algo como depósito y que después cuando te traigan la plata lo retiran. Nunca aparecen, y a veces te dejan cosas de valor, anillos, relojes, de ratas nomás que no te pagan".
Héctor dice que el hombre es un animal de costumbre y que él se acostumbró a este trabajo y es tan digno como cualquier otro, que vive para el trabajo, para ver como pueden mejorar las cosas. Que es de suma confianza, él no va a andar "buchoneando", le ha pasado que alguna esposa sospeche y mande a averiguar, pero él no suelta una palabra, su compromiso es con el cliente, y en Su hotel hay clientes de años. "Vos acá estas para prestar un servicio, no para ver con quien anda este o aquel, cada uno sabe lo que hace, a fin de cuentas lo que la mayoría viene a buscar es un poco de intimidad".

1 comentario:

Gustavo Molina dijo...

¡Qué trabajo estresante ser conserje de un telo, no?. Mientras vos estás laburando, los clientes se divierten. El blog está bueno, lo novedoso es que "ellas" también hablan de sexo !-).